Beneficios de la terapia de caballos para niños con autismo

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Anonim

El vínculo emocional de curación entre humanos y caballos ha sido reconocido por miles de años. En los tiempos modernos, el caballo es utilizado por terapeutas ocupacionales, físicos y del habla como una herramienta de tratamiento en el área de la especialidad de la hipoterapia. Los instructores terapéuticos de equitación también ayudan a los niños con discapacidades al enseñarles a montar a caballo. Quizás más que nadie, los niños con autismo se benefician de los aspectos motores, sensoriales y emocionales de estar a caballo.

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Beneficios físicos de montar

Los niños con autismo a menudo tienen una coordinación, fuerza y ​​tono muscular disminuidos que los hacen parecer flexibles y torpes. Montar al caballo desarrolla la fuerza a medida que el niño ajusta constantemente su cuerpo para permanecer y controlar al caballo durante los cambios de velocidad, dirección, colinas y curvas en un camino. Controlar las riendas para dirigir o detener ayuda al niño a desarrollar la coordinación entre los lados izquierdo y derecho del cuerpo. Los terapeutas incorporan oportunidades para coordinar los cambios de posición, como pasar de mirar hacia adelante y hacia atrás. Esto ayuda al niño con autismo a secuenciar pasos de motor y seguir instrucciones. Asumir y mantener posiciones de bóveda como arrodillarse o pararse encima del caballo ayuda al niño a desarrollar equilibrio y control motor.

Beneficios sensoriales de montar

Los niños con autismo generalmente aman la estimulación sensorial vestibular proporcionada por el caballo durante una caminata o trote. Los órganos sensoriales vestibulares (o de equilibrio) ubicados dentro de los oídos internos del niño se estimulan con cambios de dirección, velocidad e inclinación. El movimiento enérgico del cuerpo del niño empujado contra el caballo estimula los músculos y las articulaciones del niño; el tacto del pelaje del caballo estimula su piel. Además, los sonidos y olores del caballo y todo el ambiente equino son tan emocionantes que los niños que pueden rechazar la terapia en otros entornos a menudo están motivados para cooperar.

Desarrollo de habilidades cognitivas y del lenguaje

Los niños con autismo suelen tener dificultades para comprender las instrucciones y comunicarse. Montar a caballo ofrece numerosas oportunidades para participar en actividades que requieren seguir instrucciones, como tocar la melena y la cola, manejar las riendas en el cruce o decir "Ir" después de que el terapeuta diga: "Uno, dos, tres". El caballo proporciona un entorno de aprendizaje natural porque el niño está motivado para moverse, y el terapeuta puede detener al caballo para que el niño sepa que debe escuchar y responder antes de que se reanude el movimiento. Conceptos cognitivos como contar (mientras hace sentadillas encima del caballo), nombrar los colores (de las bolas lanzadas en la canasta mientras se conduce), secuenciar pasos (tocar los ojos, orejas, nariz y boca durante una canción) o identificar imágenes (colgando en la pared en la arena) se pueden incorporar en una sesión de terapia

Vínculo emocional entre niño y caballo

Los niños con discapacidades saben que el caballo los amará por lo que son a pesar de sus dificultades para hablar o su aspecto. Se les puede animar a cepillar el caballo antes de montar, abrazar la melena y darle palmadas frecuentes para que el caballo sepa que está haciendo un buen trabajo y guarde parte del clavo (como la correa del cuello o las riendas) cuando la sesión termine. El cuidado de un caballo ayuda al niño a aprender sobre los sentimientos de otro ser vivo. Con suerte, ese vínculo ayudará al niño con autismo a desarrollar habilidades sociales y de comunicación en todas las áreas de su vida.