Alimentando con agua fría a los bebés

Darle agua fría a su bebé es un trampolín dietético controvertido pero emocionante en la vida de su hijo. Sin embargo, antes de introducir agua fría en la dieta de su bebé, es imperativo considerar muchos temas, como la seguridad y el momento. Debido a que el agua a veces representa un peligro para la seguridad, debe tener precaución.

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Cuándo comenzar y beneficios

Alrededor de los 4 a 6 meses de edad es seguro comenzar a darle agua fría a su bebé para beber. Aunque es importante continuar alimentándolo con fórmula o leche materna hasta que tenga al menos 1 año de edad, dándole aproximadamente 4 oz. de agua en una taza para sorber o taza regular es una buena práctica para aprender a beber sin una botella. El agua también ayuda a que su bebé se enfríe cuando la temperatura está elevada y ayuda a apaciguarlo durante las inmunizaciones.

Consideraciones

Solo dele a su bebé sorbos de agua fría en un momento en que tenga sed. Dándole demasiada agua la hará sentirse llena y le impedirá beber la leche que necesita para crecer y prosperar. Demasiada agua también provoca dolores de estómago. Después de que su bebé tenga un año, es seguro darle la cantidad de agua que quiera, siempre y cuando también beba al menos 16 onzas de leche entera todos los días.

Consejos

Hable con el pediatra de su hijo antes de que le introduzca agua, especialmente si su bebé tiene algún problema médico o dietético. No le dé sabor al agua con azúcar, lo que agrega calorías insalubres, promueve la obesidad y conduce a la caries dental. Si desea agregar dulzura, mezcle un poco de jugo de fruta, pero dele a su hijo menos de 4 oz. de agua endulzada al día.

Peligros

Introducir a su bebé al agua demasiado pronto puede ser dañino. Los riñones de bebés menores de 4 meses de edad no pueden manejar adecuadamente el agua y la sal, lo que a veces diluye la sangre de su bebé y conduce a afecciones médicas como la hiponatremia. El agua también evita que su bebé absorba adecuadamente los nutrientes en la fórmula o la leche materna. En casos severos, puede ocurrir intoxicación por agua, donde los electrolitos se desequilibran en el cuerpo de su bebé, causando hinchazón, convulsiones y algunas veces un coma.